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lunes, 30 de marzo de 2015

Estalla el tsunámi (Tercera parte)



Hoy 20 de febrero sigo totalmente inválida a nivel de piernas. Imposible andar con una mínima seguridad.  Mis compañeros son gente de 70 a 95 años afectados por ictus, derrame cerebral,  roturas de cadera,....... Coincidimos en rehabilitación y hablamos y nos reímos. Ya ves.  Ambiente entrañable lleno de fuerza de voluntad por todas partes y mucho cariño. Sólo un pero......veo como ellos se van recuperando a gran velocidad y yo no. Les dan el alta. Pasan por delante de mí y se despiden. Sólo hasta pronto. Ya nos veremos y reconoceremos (¿?) Su recuperación sí depende del trabajo y la fuerza de voluntad. La mía me temo que no.
Aunque lo intento tomar con humor, la cosa no tiene gracia. Si no recupero una parte importante de la movilidad perdida, renuncio a gran parte de lo que había sido mi vida (ya limitada) hasta ahora. A saber, cierta autonomía, conducir con adaptación, cocinar con cuidado,  piscina sin asistencia,  vivir sola gran parte del tiempo, ir al Lidl.....
Dependencia total. Bbuufffff.....no quiero pensarlo. Dejo pasar el tiempo esperando que se resuelva por sí mismo. Me temo que yo no puedo hacer mucho más. Y todo, sin caer en depresión....no tengo tiempo.
Domingo 22 de febrero aviso a la médico de urgencia para decirle que se me ha reactivado el brote.
Al poco rato viene con mi neurólogo, Dr. Sagarra, en guardia localizada, me observa y me cita el próximo jueves a consulta para ver el proceso, o hacer resonancia o poner medicación o......Al salir dice en bajito: "igual no vuelves a andar..." No hago caso. ¡¡¡ no, perdón !!! hago como que no hago caso.
El martes 24 el médico rehabilitador, Dr. Franco, me lo dice más claro: cuando pase el brote puedo recuperarme como estaba antes, puede quedarme alguna secuela o simplemente no recuperar nada (¡¡!!) (esa conclusión médica la sé yo hace 32 años).
Ya hablamos de sillas de ruedas.
Que tengo que tener silla de ruedas lo tengo claro. En eso estoy también.
Jueves 26 voy a la consulta: nueva resonancia preferente y aquí la contaré. Mientras tanto sigo inválida de las piernas, no recupero nada, me muevo todavía peor.
Seguro que se os ocurren muchas cosas pero no es fácil tomar una decisión. Simplemente porque es un proceso vivo y desconozco en que situación me voy a quedar.
Todo eso, sin hacer drama, nos va marcando a mí y a mi familia. Supongo.
Hoy viernes 27 estoy desmoralizada. Hundida. Por mí, por supuesto, pero también por la gente que me rodea y afecta. Llevo muchos años con esta historia pero este último proceso ha sido brutal. No lo esperaba. No me ha dado tiempo a organizarme para ir encajando mi progresiva discapacidad con cierta ¿dignidad?.  Tenía planes para organizarme poco a poco un pequeño apartamento que gestionase mi nueva vida, su terraza, un pequeño jardín.....lo de siempre. No me ha dado tiempo de hacerlo tranquilamente. Lo siento muchísimo. Ahora ya no dependo sólo de mi.
Hoy domingo 1 de marzo, al intentar ir al baño trabajosamente con el andador, me he caído, las piernas ya no me sujetan, los pies no los siento. Última parcela de libertad que me quedaba, ir sola al baño, se acabó.
No veo el final, pero no me gusta. Durante todo el lunes 2 de marzo,, se me desarrolla el brote (nuevo??) que me sube hasta el pecho durante la noche, como llevar un corpiño de hormigón. Lo comento. Me ponen la resonancia para el día viernes 6 y me tratan con una pequeña tanda de bolos de tres días por el exceso que se supone que lleva mi cuerpo. Mientras me lavan y atienden en la cama. Y agradecida.
No avanzo nada..
Esperan a ver el resultado de la resonancia para tomar una decisión y (¡¡¡ oh sorpresa !!! no sale NADA. No entiendo nada. Mi cuerpo sigue sus procesos de agarrotamiento desde el pecho hasta los pies y no sale NADA.
Para ellos supone dejarme sin más medicación. Para mi, me temo que asumir que este estado de invalidez puede ser definitivo ((Pploofff)).........................
No pueden hacer más por mí. Ni aguantar hasta el fin del brote.
Me dan de alta el día 20 de marzo literalmente en estado parapléjico.
Curiosa coincidencia: ECLIPSE DE SOL


                                                



Volverá a salir....
Hasta entonces....
Besos.


Corolario:

Me dan de alta después de pasar 72 días con muchas horas de "soledad"  totalmente enriquecedora.
Veo este blog que abro el 3 de noviembre y, pasando por la muerte de mi madre, incluidos los duros meses anteriores, el cese radical de mi vida laboral, el cambio de situación familiar, el vuelo de Lucía....nada que añadir. Brote más que justificado por las tensiones vividas. O por que sí.
En estas "vacaciones hospitalarias" siento que he conseguido algo más importante,  controlar la cabeza.
Salgo nueva de una institución en la que me han tratado de forma exquisita para intentar recuperarme físicamente.
Pero, en el fondo, no son conscientes de la labor que han hecho.
Gracias.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Estalla el tsunámi (Segunda parte)


      
Esta historia se está haciendo aburrida y machacona, por reiterativa.
Vosotros podéis dejarla si queréis o leer sólo el final (que aún no lo sé). Yo no puedo.
Así que sigo.


SORPRESA !!! Parecía que me estaba recuperando y, de repente, el viernes 27 de enero me despierta, de nuevo, la sensación de hormigón. Esto sí es nuevo. Una recaída en plena recuperación. Otra vez, ¡¡¡ NO PUEDO ANDAR !!!
Todo este proceso lo está viendo la gente que me visita y ve el cambio en directo con cierta desolación.
Pienso que es cansancio, tensión o cualquier cosa que lo haya desatado. No quería darle más importancia pero el sábado y el domingo sigo igual. Sin poder moverme. No recurro al médico por ser fin de semana.
El lunes, a primera hora, sí.
Traslado en ambulancia a Urgencias, visita del neurólogo, nueva sesión de bolos de cortisona, tres días y a esperar.
Aparece mi físio particular, Sara, ya recuperada de su gripe, y se pone como tarea venir, todos los días que pueda después de su jornada laboral, a darme reflexoterapia. El alivio, en unos pies abotargados, es espectacular.
Mención especial a todos mis amigos fisios y admiradores de fisios que no han dejado en todo este tiempo de masajearme. Gracias.

Todo con el remordimiento de que lea esta entrada mi hija ( que, desde Holanda, ha escapado a París unos días, coincidiendo con su cumpleaños ) y sepa asumirla sin mala conciencia.
Lucía, insisto, yo estoy bien, en el lugar adecuado y con gente que me cuida. Tú conoces esta situación pero es más difícil vivirla de lejos. Si tu te preocupas y me preocupas a mi, el resultado no puede ser nada bueno. Sigue compartiendo tú vida conmigo con tus fotos, tus selfies, tus whastapps, tus llamadas y así yo viajo y vivo otra vida. Te quiero.
El martes 3 de febrero ¡¡¡ por fin !!! llega la nueva medicación y empiezo a tomarla. Observaré posibles reacciones y efectos secundarios, sin ningún tipo de neurosis. La sensación gratificante de que todo esto funciona y seguimos adelante.
Primer efecto, se me pone la cara roja como una intoxicación. Ya me lo dijeron. También me han dicho que se va.
El mundo hospitalario por dentro es como una cadena de montaje. Desde las 6 en punto de la mañana, es un no parar. Termómetro,  tensión, analíticas, aseo, desayuno, pruebas médicas normales (si no hay otras especiales), rehabilitación, comidas varias, visitas médicas, visitas propias.....etc.  Así que llegan las 9 de la noche y caigo desplomada. A las 3 de la mañana ya llevo 6 horas de sueño. Increíble en mi vida normal. Me despierto y son mis horas estelares de escribir, ver el hormiguero o salvados o lo que sea.
El resto de la jornada escribo, leo, paseo andando o en silla de ruedas depende del día, escucho la radio (por fin ¡¡¡ La Ventana !!!) , comparto momentos con gente muy interesante, vosotros y los otros (increíble el humor negro de la gente mayor, inválida y sin  daño cerebral ,  un libro de sabiduría y de cariño) observo el mundo que tengo alrededor y, a mi manera, lo voy a intentar describir.




                                               

                                                  El Mirón y La Muralla: Son las 19,00.



                                                         Mural ejemplo de comidas.
                     Comida estrella: 1) Coliflor con bechamel y carrillada asada con patatas panadera
                                                2) Cena de Jueves Lardero



                                1) Despedida de grupo de rehabilitación 2) Lujazo sólo para mi
                                3) Otro lujazo de un amigo 4) Desayuno tipo que admite variantes



 
Belleza 

 

 
Entrañable galería del viejo hospital



                                                                      Cosas



domingo, 8 de marzo de 2015

Estalla el tsunámi (Primera parte)


(las entradas anteriores se han colado en el blog por urgencia de fechas mientras se desarrollaba ésta)

                                           

Mi brote anterior, por lo que se ve "?" no había terminado.
Acabé mi última sesión de bolos el 1 de enero y en lugar de mejorar me sigo deteriorando en el tema de movilidad poco a poco.
El 8 de enero prácticamente ya no puedo andar y además me falla un brazo por el esfuerzo realizado con el andador estos días.
La sensación es la de tener por piernas dos bloques de hormigón que es imposible levantar para poder dar un paso. Podéis hacer la prueba.
El 8 de enero, no sé como, me visto/visten como puedo, me bajo/bajan al garaje y vuelta a empezar. A urgencias. Esta vez ya me reciben en silla de ruedas.
Me dejan ingresada para valorarme otra vez y mientras ver como evoluciono.
Parece una tontería pero yo lo agradezco. En casa, simplemente, no hubiera podido estar.
Atasco total en la sanidad pública por la temporada invernal. He tenido mucha suerte en encontrar cama ( o me han visto muy mal ) y quizá en haber perdido gran parte del olfato.
Nueva resonancia cervical y medular (la anterior fue sólo cerebral por la pérdida de vista).
Esta vez se ven dos focos activos que son los que me están provocando la inmovilidad de piernas. Por lo menos existe una razón. Según vaya remitiendo el brote recuperaré movilidad y sabré que secuelas me quedan. Cruzo los dedos para que sea lo menor posible.
Se plantea la rehabilitación y el cambio de medicación por alguna nueva que se ha aprobado recientemente.
En este escenario se va desarrollando la despedida de mi hija.  Es nuestra forma de vida desde hace muchos años. Sin dramatismo, somos profesionales las dos de esta enfermedad.
Paso ocho días ingresada en la residencia general de la Seguridad Social y me plantean irme a casa y volver diariamente al hospital de El Mirón para hacer rehabilitación o ingresarme directamente en este centro mientras la hago.
Estoy totalmente inválida. Elijo ingresarme. No puedo irme a casa en estas condiciones.




                                                         Apartamento 226

El viernes 16 ingreso en una habitación individual, con baño y salida a una terraza comunitaria. Encanto decadente con una atención totalmente profesional y humana.
Aumento mi kit de supervivencia con libros, iPad, Tv....Y la seguridad (¿?) de que me voy a recuperar.
La noche del domingo, se veía venir, la paso con un terrible dolor de garganta y fiebre. Eso me remata. Ahora sí que ya no puedo moverme nada.
Pasa la médico por la mañana y me pone antibiótico.
Seguro que esto se solucionará también.
Para explicar mi estado en ese momento: el lunes 19 a las 5 de la tarde llaman con mucho cuidado a la puerta  y es "el chino Miguel". Una persona siempre preocupada por mi situación y que observa mi deterioro con impotencia.
Entra me da un beso y hablamos. Sale a la terraza se da una vuelta y vuelve. Me dice: "vamos". Le digo: "Miguel no puedo andar" " tlaigo silla".
Me ayuda a acabar de vestirme y a levantarme de la cama a la silla y allá vamos como "Intocable". Tienen una sensibilidad especial, o distinta. Siempre preocupados por su medicina ancestral.
Mientras soy un trapo, bueno medio trapo. En este proceso las manos las manejo. Hace nueve años tuve otro peor que me tenían que dar de comer por inutilidad total.
Y así estoy, haciendo amigos. Otros.