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viernes, 22 de mayo de 2015

Treinta y ocho años/sesenta y dos días


               

No puedo dejar pasar la ocasión que, curiosamente, me brinda Podemos.
No es un tema político sino algo más.
Es algo sentimental.
El día 20 de Mayo hizo sesenta y dos días que abandoné el hospital y hemos pasado este
tramo como una carrera de obstáculos a la que no se ve el final.
Es en esta fecha cuando, en plena campaña electoral,  Pablo Iglesias, líder de Podemos,
viaja a Zamora, ciudad en la que reside su padre, Javier Iglesias Peláez.
Mi sorpresa es que, en esas circunstancias, este padre recibe a ese hijo con un poema
que a mí me marcó la vida, y lo tengo de cabecera.
Entre los años 75-80 yo hice Económicas en la Universidad Complutense de Madrid.
Cuarto y quinto en turno de noche.
Eso me permitía dedicar las mañanas, entre otras cosas (infinitas charlas con un buen
amigo en el Parque del Oeste sobre Carlos Castaneda) a asistir en la Facultad de Filosofía
a alguna clase magistral (se podía entrar libremente) entre ellas las del profesor Agustín
García Calvo.
Allí me enganchó y, desde entonces, me acompaña ese soneto que reproduzco completo en
 este blog, con el fin de darle un toque de eternidad.




                    I

Enorgullécete de tu fracaso,
que sugiere lo limpio de la empresa:
luz que medra en la noche, más espesa
hace la sombra, y más durable acaso.

No quiso Dios que dieras ese paso,
y ya del solo intento bien le pesa;
que tropezaras y cayeras, ésa
es justicia de Dios: no le hagas caso.

¿Por lo que triunfo y lo que logro, ciego,
me nombras y me amas?: yo me niego,
y en ese espejo no me reconozco.

Yo soy el acto de quebrar la esencia:
yo soy el que no soy. Yo no conozco
más modo de virtud que la impotencia.
 
 
                    y II

Pero no cejes; porque no se sabe
cuándo pierde el amor, dónde la tierra
volteando camina, ni qué encierra
mensaje del que nadie tiene clave.

Pues el Libro Mayor (y eso es lo grave)
del Debe y el Haber nunca se cierra,
y acaso acierte el que con tino yerra;
ni es nada el mundo hasta que el mundo acabe.

Si te dicen que Dios es infinito,
di entonces que no es; y si finito,
que lo demuestre pues y que concluya.

Pero no hay Dios ni hay Ley que a contradanza
no se pueda bailar. Tu muerte es tuya.
Tu no saber es toda tu esperanza. 



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Este 24 de Mayo, si yo estuviera censada en Madrid, que fácil sería...
blogs.km77.com/teletransporte    "Mi voto, en Madrid, para Manuela Carmena"
 
 
 
P.D. Un buen amigo me ha dejado una silla de ruedas eléctrica. Añado el aprendizaje a mis
actividades diarias.



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