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domingo, 14 de junio de 2015

Entrada triste

(El día 2 de Junio falleció mi suegro y añadí un pequeño homenaje en la anterior entrada)

Pasamos unos días complicados y entrañables  por la muerte de mi suegro,  y padre, abuelo, marido...que se viven sin parar, resolviendo cosas, con una neblina en los ojos y necesidad de llegar al final poniendo un orden nuevo para que la vida siga en las condiciones más aceptables posibles para los que quedan.
Sobre todo los más desválidos.
Esta es una reflexión sobre la inmediatez de la muerte.
La vorágine que se plantea de repente.
Ha sido un proceso rápido. Se intuía por deterioro físico y por edad, pero no ha sido muy doloroso en el sentido que pueden plantear otras enfermedades en el entorno familiar.
Se ha ido bien, digno. Como vivió.
Esta situación te ocupa la cabeza y hace que te olvides de ti mismo por un momento.
Ahora me reencuentro y siento que me estoy deteriorando más.
No sólo no mejoro nada sino que estoy retrocediendo.
Excepto los brazos y la cabeza, se me va durmiendo todo el resto del cuerpo con lo que conlleva. Falta total de sensibilidad. Disminución brutal de fuerza que me impide ejercitar los músculos con la consiguiente e importantísima pérdida de masa muscular. Con lo que costaba ganarla.
El hormigueo de las piernas y los pies es insoportable. No deja descansar. No deja leer, no deja ver una película. No deja nada. Miento. A veces deja el humor (algo absolutamente necesario para soportar esta situación). Estoy agotada.
En este punto recurrir a los médicos, absurdo.
Con una enfermedad crónica, te dan largas, sin más.
Yo intento seguir haciendo cosas, de forma más lenta de lo que quisiera.
Me revisan mi nivel de incapacidad, que necesitaré para resolver el futuro (aunque para mi es presente, pero hay que demostrarlo).
Me estoy planteando, por mi cuenta, irme a una clínica de recuperacion neurológica.
Primero me tendrán que valorar para ver si me admiten (seguro que sí, de ello viven).
Pero no es fácil elegir el momento y el sitio.
Según me intereso por el tema veo que hay varias y no va a ser mañana.
Entre medio se tendrá que resolver de alguna manera mi situación laboral. Estoy de baja médica y esto condiciona cualquier solución que me pueda plantear. Incluida la clínica.
Muchas incógnitas a la vez en este camino hacia la discapacidad legal y definitiva.
Mientras tanto he empezado a tomar  pequeñas infusiones de cannabis a  ver si consigo relajarme y descansar.

Dada mi situación anímica me permito colgar un video del CAEP con una estupenda pertiguista, el  único día que yo la vi fallar, para darle cierta normalidad al fracaso.








En la entrada anterior hablé del problema de esfínteres.
Alguien habrá echado en falta el problema rectal. De ese ni hablamos.
Hay que salir de casa con todo hecho. En otro caso se anula la salida, excepto un accidente  que, al fin y al cabo, le puede pasar a cualquiera.
Por supuesto cada uno lo soluciona de una manera, con enemas, con ejercicios o intentando educar el cuerpo con una base importantísima en la alimentación.
En fin. En ello estamos. Un problema siempre presente pues cuando lo solucionas una vez, empieza la siguiente (Mmm).

En mis años de Universidad tenía un amigo, hoy catedrático jubilado, que una vez fui a ver a su casa y tenía una planta en un estado lamentable.
" Pero Gonzalo, échale un poco de agua que es gratis !!!  "

                                             


" Mira Rubi, necesito que  en esta casa haya algo que esté peor que yo "
Ahora lo entiendo.

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